S&P Global Ratings ha revisado la perspectiva del ráting de España de «estable» a «negativa».
La agencia ha explicado que su respuesta a los crecientes desafíos económicos y fiscales a los que se enfrenta el país está amenazada por la fragmentación política y la fatiga causa por las sucesivas reformas.
La firma ha apuntado que existe la posibilidad de que no se apruebe un presupuesto y al riesgo de que la debilidad económica de España pueda persistir hasta el año 2022.
Sin embargo, los analistas de S&P han decidido mantener el rating de España en «A/A-1».
Desde la agencia de calificación han señalado que «creemos que las presiones económicas sobre España pueden haber aumentado las perspectivas de un acuerdo político para este otoño sobre el presupuesto de 2021, mientras se construye un consenso detrás de las reformas para el crecimiento detalladas en el Programa Nacional de Reformas de España».
No obstante, han agregado que «dada la posibilidad de que no se apruebe un presupuesto y de que la debilidad económica persista hasta el 2021 y el 2022, revisamos nuestra perspectiva sobre España a negativa desde estable, al tiempo que reiteramos ‘A/A-1’ en las calificaciones de crédito soberano a largo y corto plazo».
Por otro lado, la agencia Moody’s ha reiterado su calificación de España en «Baa1» y ha mantenido la perspectiva en «estable», alegando que las medidas de apoyo impuestas por el Gobierno, las reformas pasadas para recuperar la competitividad y la reducción de los desequilibrios macroeconómicos «deberían proporcionar una recuperación económica robusta para el próximo año».