Jens Weidmann, presidente del Bundesbank y miembro del Banco Central Europeo, ha señalado que el organismo europeo afronta obstáculos hacia la normalización de su política monetaria, después de varios años de estímulos extraordinarios.
En unas declaraciones ofrecidas al diario Handelsblatt, Weidmann ha señalado que la normalización de las políticas “es un largo camino que esconde grandes desafíos y cuyo final aún debe establecerse”.
El BCE ha indicado que terminará con su programa de emisión monetaria a finales de este año, después de haber inyectado unos 2,6 billones de euros (3,06 billones de dólares) en el mercado de bonos y ha dado algunas señales de que elevará los tipos hacia finales de 2019 si la inflación en la eurozona amplía su aceleración.
Sin embargo, Weidmann ha dicho que el horizonte se nubla, porque las economías emergentes sienten el peso de las subidas de los tipos en Estados Unidos y de las fricciones comerciales entre Washington y Pekín sobre el crecimiento. Por esta razón, ha tomado un tono más prudente.
Weidmann es considerado como el favorito desde hace tiempo para suceder a Mario Draghi como presidente del BCE en 2019, pero necesitará el apoyo de la canciller alemana, Angela Merkel, para asegurarse el trabajo al frente de la institución más poderosa de la zona del euro.
Haciéndose eco de las palabras de Angela Merkel, Weidmann ha lanzado una jarra de agua fría a la idea de crear un sistema de pago europeo paralelo con el fin de proteger a las empresas de las decisiones políticas de Estados Unidos, como las recientes sanciones contra Irán.
Por otro lado, el presidente del banco alemán ha dicho que el propósito de impulsar el papel del euro en el comercio internacional, presentada por el jefe de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, “no era un objetivo de política monetaria” para el BCE.