El Gobierno alemán ha aceptado la moneda virtual bitcoin como «unidad de cuenta» legal, y por tanto como dinero de uso privado con el que pueden definirse valores y deudas.
En mayo, la cotización de esta moneda, que comenzó su andadura hace cuatro años, se despeñó y entró en una espiral de locura coincidiendo con la crisis chipriota. Actualmente, fluctúa alrededor de los 84 euros.
La respuesta del ministerio de Finanzas a una pregunta del diputado liberal Frank Schaeffler reconociendo el bitcoin, supone que Alemania podrá gravar ahora a los usuarios o creadores del dinero digital, según el diario Frankfurter Allgemeine Zeitung. La producción de esta moneda —un complejo proceso informático— también se considerará «emisión privada de dinero». Berlín estudia ahora de qué forma tributarán las transacciones realizadas por particulares en bitcoins. Uno de los principales problemas será identificar a los usuarios, dado el carácter anónimo de este dinero, del que existen alrededor de 11 millones de unidades. Otra cuestión a resolver es la seguridad de un sistema totalmente digital.
El bitcoin fue creado en 2009 por Satoshi Nakamoto, una persona o grupo del que no queda rastro, como un sistema monetario anónimo, seguro e independiente de Gobiernos, bancos o empresas. Es una moneda cifrada y con el sistema de circulación P2P (como la que se emplea para el intercambio de archivos musicales o películas) que no se imprime, y cuyo valor se calcula y actualiza con complicadísimas operaciones matemáticas en miles de ordenadores que, por otra parte, impiden que un mismo bitcoin sea utilizado en más de una operación.
Antes de desaparecer, Nakamoto dejó planificada la vida de la divisa virtual: se crearán periódicamente bitcoins hasta los 21 millones de unidades en el año 2140, con recompensas a los miners o informáticos que los vayan validando. Las operaciones en bitcoins se realizan transfiriendo el número de identificación único de cada uno, de una cartera electrónica a otra de la red bitcoin a través de Internet. Una cara de la moneda es la independencia y democratización que supone el bitcoin. La otra, el riesgo de descontrol y fluctuaciones imprevisibles.
Las autoridades estadounidenses también llevan tiempo buscando cómo regular el uso del bitcoin y evitar que se utilice para evadir impuestos o blanquear dinero. En EE. UU. fue un juez quien recientemente dictaminó que la moneda virtual era una «forma de dinero» y declaró que se encuentra sujeta a las leyes del país. El tribunal juzgaba a Trendon T. Shavers, a quien el organismo bursátil norteamericano (SEC), acusaba de fraude. Shavers, fundador de Bitcoin Savings and Trust, recaudó 700.000 bitcoins en inversiones con promesas de intereses del 7% semanales en 2011 y 2012.
En contraste con la decisión del Gobierno alemán, Tailandia declaró ilegal el bitcoin el pasado mes de julio, y prohibió su utilización para vender bienes o servicios en el país o para sacarlos o introducirlos en el mismo.