Los representantes de Finanzas del G-20 han prometido que mantendrán la cooperación para impulsar la economía mundial, advirtiendo que las perspectivas siguen siendo muy inciertas.
Los ministros de Finanzas y banqueros centrales del G-20 han señalado en un comunicado que la actividad mundial se va a recuperar en la medida en que las economías locales reabran gradualmente tras la pandemia, pero consideran que se necesitan más acciones para garantizar el crecimiento.
Además, han asegurado que “estamos determinados a seguir utilizando todas las herramientas de política disponibles para salvaguardar la vida, el empleo y los ingresos de las personas, apoyar la recuperación económica global y mejorar la resiliencia del sistema financiero, al tiempo que protegemos contra los riesgos a la baja”.
Los cierres anunciados por los Gobiernos para contener el brote del virus han causado un enorme trastorno en la economía mundial y están afectando a los países más pobres del mundo.
Los ministros de Finanzas y banqueros centrales del G-20 han comentado que 42 de los 73 países más pobres del mundo habían solicitado un congelamiento en los pagos oficiales de deuda bilateral hasta finales de año.
Reflejando las preocupaciones planteadas por el Banco Mundial de que China, miembro del G-20 y el mayor acreedor de los países en desarrollo, los funcionarios han pedido a los acreedores bilaterales oficiales implementar la Iniciativa de Suspensión del Servicio de la Deuda (DSSI) de manera completa y transparente.
También “alentaron fuertemente” a los acreedores privados a participar en términos comparables, y dijeron que considerarían extender la suspensión de la deuda en el segundo semestre de este año.
El Instituto de Finanzas Internacionales (IIF) dijo el pasado miércoles que los acreedores privados no habían recibido ninguna solicitud formal de los países para la suspensión del servicio de la deuda en virtud de la iniciativa del G-20.