Pese a la negativa sobre una posible subida del IVA por parte del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, reiterada estos días en la cumbre del G-20, el Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas estudia la posibilidad de implantar cambios fiscales en el transcurso de los próximos meses.
Tras el anuncio de la ayuda a la banca española por parte de Europa y el recrudecimiento en los mercados financieros internacionales, reducir el déficit fiscal español desde el 8,9% registrado en 2011 hasta el 5,3% exigido por Bruselas es un objetivo cada vez más difícil de alcanzar.
El Gobierno baraja varias opciones para demostrar su voluntad de cumplir el compromiso con la UE, entre ellas tocar alguna forma de retribución de los empleados públicos y una subida del IVA, prevista para el año que viene, pero que las crecientes presiones de Bruselas y el Fondo Monetario Internacional (FMI) podrían hacer conveniente adelantar.
Aunque el Ejecutivo de Rajoy está tratando de negociar con Bruselas para que conceda a España un año más para alcanzar el objetivo fiscal del año que viene, esto no eximirá al país de tener que cumplir con las condiciones pactadas.
A la espera de que se clarifiquen las necesidades de capital de la banca española, parece evidente que las exigencias que Europa impondrá a cambio del rescate no se limitarán al sector financiero. Como tampoco resultará gratis una intervención de Bruselas o del Banco Central Europeo que ponga coto a la escalada de hostigamiento que España está sufriendo en los mercados. Tanto una ayuda como la otra traerán consigo una letra pequeña que el Gobierno conoce de sobra y cuya demora en aceptar no hará más que empeorar la situación de España.
El ministro de hacienda, Cristóbal Montoro reconocía ayer aunque según su opinión España no necesita ser rescatada, existen distintas sensibilidades en el Gobierno acerca de la necesidad de elevar el IVA.