Portugal ha emitido esta semana unos 1.800 millones de euros en letras a seis y doce meses, un monto superior al máximo estimado para esta emisión, con tasas de interés negativas, aunque por encima de las de la anterior subasta.
Según datos oficiales del Tesoro portugués, durante la primera subasta de 2016 se colocaron 1.250 millones de euros en títulos con vencimiento a un año a cambio de una rentabilidad del -0,001%. También se colocaron a los inversores otros 550 millones de euros en deuda a seis meses por una penalización del -0,013%.
La receptividad del mercado con esta subasta trajo como consecuencia que los responsables del Tesoro luso sobrepasaran el importe marcado para esta emisión, que se estimaba entre los 1.250 y los 1.500 millones de euros.
La demanda de los inversores casi duplicó la oferta en la línea a un año y se transformó en más del doble en la línea con letras a seis meses. Al comparar esta emisión con subastas anteriores, en ambos casos los intereses demandados por los inversores fueron superiores.
A doce meses, las letras de Portugal pasaron del -0,006% obtenido en noviembre al -0,001% de hoy, y a seis meses la penalización se incrementó del -0,018% al -0,013%.
Diversos analistas coincidieron en que estas tasas “extremadamente bajas” se deben a las políticas del Banco Central Europeo (BCE) para impulsar la compra de deuda, aunque resaltaron que ya se aprecian señales claras de desconfianza hacia las medidas que pueda tomar su nuevo gobierno.
La emisión de esta semana se presenta en un momento en el que Portugal siente la presión sobre sus títulos, que se incrementa en el mercado secundario, y con la Bolsa de Lisboa sufriendo pérdidas desde que empezó el año.
Desde que se instaló el nuevo Gobierno socialista, se ha puesto en marcha la reversión de algunas de las medidas de austeridad aplicadas durante los últimos años, lo que se suma al nerviosismo provocado por la rápida venta del Banco Internacional de Funchal (Banif).