El Banco Popular de China ha pedido al Fondo Monetario Internacional (FMI) que emita cientos de miles de millones de dólares de liquidez a sus 189 países miembros, a través de una asignación general de Derechos Especiales de Giro (DEG), a pesar de las objeciones de Estados Unidos.
El gobernador del Banco Popular de China, Yi Gang, ha escrito en un artículo de opinión en el Financial Times que una emisión de DEG -la unidad monetaria interna del FMI- es fundamental para brindar ayudar a los países a hacer frente a la crisis económica derivada del brote del coronavirus.
Gang ha explicado que “una asignación general de DEG, que a veces se llama ‘oro líquido’ y puede ser creada de un plumazo, es la pieza que falta en la respuesta del FMI a la crisis”.
Esta medida, muy similar a la de un banco central que imprime dinero, se puso en marcha por última vez en el año 2009, cuando el FMI emitió un total de 250.000 millones de DEG a sus miembros con el propósito de aliviar la crisis financiera que se estaba viviendo a nivel mundial.
Aunque esta medida cuenta con el respaldo de destacados economistas y muchos ministros de finanzas, su mayor detractor, el Tesoro de Estados Unidos, tiene poder de veto sobre las principales decisiones del FMI.
Steven Mnuchin, el secretario del Tesoro, ha manifestado su oposición a la emisión de DEG porque proporcionaría a todos los países una mayor liquidez, argumentando que la mayor parte del dinero iría a los países más ricos del G20 que no lo necesitan.
La oposición de Estados Unidos a recursos adicionales para China e Irán también se ha considerado un factor para impedir una nueva asignación de DEG.
El llamamiento que ha hecho Gang para volver a examinar el asunto de los DEG se ha presentado cuando los ministros de finanzas y los gobernadores de los bancos centrales del G20 se preparan para reunirse por videoconferencia para debatir una respuesta a la crisis económica y sanitaria del coronavirus, así como también otras cuestiones financieras mundiales.