Orange ha anunciado que recortará su dividendo para el año fiscal 2019 en un 30%, y que revisará la política de dividendos para el período 2020-2023, debido al brote del coronavirus.
Esta decisión tomada por Orange, controlado por el Estado, tiene como objetivo proteger el balance de la empresa en un momento en el que los inversores están observando las reservas de efectivo las corporaciones, ante la recesión a la que se encamina la economía mundial. Además, se presenta en un contexto de mayor presión política.
El Gobierno de Francia ha pedido que se limite o se cancele el pago de dividendos, especialmente en el caso de las empresas que se benefician de planes financiados por el Estado.
Orange tiene previsto pagar 0,50 euros por acción con cargo a los beneficios del año 2019, lo que supone una disminución de 20 céntimos de euro si se compara con el pago previsto anteriormente, que era de 0,70 euros por acción.
El grupo había dicho que pagaría al menos la misma cantidad durante el período 2020-2023. El director financiero de Orange, Ramón Fernández, dijo que esto supone una reducción total de 530 millones de euros en dividendos para el 2019.
Stéphane Richard, el consejero delegado de Orange, ha señalado que, “basándonos en la información disponible actualmente, Orange no espera una desviación significativa de sus objetivos para el 2020, pero estamos vigilando de cerca la situación y su evolución”.
Las empresas de Francia que soliciten el apoyo financiero del Estado para hacer frente a la crisis derivada del brote del coronavirus deben renunciar al pago de dividendos a sus accionistas, de acuerdo a lo que explicó el Gobierno hace un mes.
El ministro de Hacienda de Francia, Bruno Le Maire, dijo que “si no tienes dinero para pagar los impuestos o las cotizaciones a la seguridad social, tampoco tienes dinero para pagar a tus accionistas, así que no pagues dividendo”.