La Agencia Internacional de la Energía (AIE) ha decidido revisar a la baja en 300.000 barriles diarios su estimación de la demanda mundial de petróleo en 2021, que rebotará este año hasta los 96,6 millones de barriles al día (mb/d), como consecuencia del impacto adverso sobre el consumo de la reintroducción de restricciones y confinamientos en varios países.
«Llevará más tiempo que la demanda de petróleo se recupere por completo, ya que los nuevos cierres en varios países pesan sobre las ventas de combustible», advierte la agencia en la última edición de su boletín mensual, donde anticipa una mayor debilidad del consumo en los tres primeros meses de 2021, con una rebaja de 600.000 barriles diarios de su anterior proyección para la demanda en el primer trimestre.
De este modo, las nuevas previsiones de consumo de la AIE para el conjunto de 2021 implican que el rebote esperado de la demanda hasta los 96,6 millones de barriles diarios (mb/d) permitirán recuperar únicamente 5,5 mb/d, lo que representa el 62% de los 8,8 mb/d perdidos durante 2020.
«Esta recuperación refleja principalmente el impacto de las medidas fiscales y monetarias de apoyo, así como la eficacia de los pasos dados para resolver la pandemia», explica.
En anticipo de esta mayor debilidad de la demanda respecto de las proyecciones iniciales, los países de la OPEP+, liderados por Arabia Saudí y Rusia, decidieron en enero no llevar a cabo un mayor alivio de sus restricciones de oferta, incluyendo la decisión saudí de ajustar en un millón de barriles al día su producción en febrero y marzo, señala la AIE.
De este modo, la AIE espera que la producción de crudo comience a repuntar este año a medida que aumenta la demanda y anticipa un incremento de la oferta de 1,2 mb/d en 2021 tras el recorte récord de 6,6 mb/d registrado en 2020, aunque apunta que «se necesitará mucho más petróleo», puesto que confía en una mejora sustancial de la demanda en la segunda mitad del año.
Asimismo, la agencia señala que el incremento de los precios del barril de crudo puede incentivar la producción del sector petrolero no convencional de Estados Unidos, que el año pasado registró la mayor caída de la oferta, aunque por el momento las compañías parecen comprometidas con sus planes de mantener estable la producción y aprovechar, en cambio, cualquier aumento en los precios para reducir deuda y elevar la retribución de los accionistas.
«Si se adhieren a dichos planes, la OPEP+ puede comenzar a recuperar la cuota de mercado que ha perdido frente a EEUU y otros países desde 2016», añade.