El Parlamento Europeo ha criticado a la Asociación Bancaria Europea (EBA) que haya permitido a su director ejecutivo, Adam Farkas, fichar como consejero delegado de la Asociación de Mercados Financieros de Europa (AFME). Además, ha pedido a la institución que revise la decisión.
La resolución indica que el hecho de que Farkas vaya a dejar la EBA el próximo 31 de enero y vaya a asumir su cargo en AFME el día siguiente «constituye un riesgo» para la «reputación e independencia» de la EBA como para «todas las instituciones de la UE y para el proyecto europeo en su conjunto».
El texto pide a los eurodiputados y representantes de la Comisión Europea y del Consejo de la UE que se abstengan de tener algún contacto con Farkas durante un periodo de dos años, en caso de que sea asignado al cargo de consejero delegado de la AFME.
Además, ha pedido que se le deniegue la tarjeta que se da a los lobistas registrados en el portal de transparencia de la UE para tener acceso permanente a los edificios del Parlamento Europeo durante el mismo periodo de tiempo, con el fin de evitar posibles conflictos de intereses.
Los eurodiputados han señalado que los conflictos de intereses «no atajados» pueden comprometer el cumplimiento de las «exigentes» normas éticas que tiene la administración y ponen en peligro el derecho a una buena administración, «amenazando con ello la igualdad de condiciones necesaria para el buen funcionamiento del mercado único».
Por otro lado, el Parlamento Europeo ha manifestado su «temor» de que a menudo «no sea posible garantizar el cumplimiento de las condiciones impuestas a la actividad profesional tras desempeñar un cargo público».
Para finalizar, desde la eurocámara han advertido de que las situaciones de conflictos de intereses por «puertas giratorias» son «un problema común» que afecta a todas las instituciones, órganos y agencias de la UE. Por esta razón, se debe diseñar un marco jurídico «unificado» para abordar «eficientemente» estos casos.