La riqueza mundial está concentrada en 85 personas, que acumulan más capital que la mitad más pobre de la Humanidad, según un informe de la ONG Oxfam Intermón. En concreto, el 1% de las familias con mayor poder económico disponen del 46% de la riqueza del planeta.
El trabajo, ‘Gobernar para las élites. Secuestro democrático y desigualdad económica’, se difunde en ciernes del Foro Económico Mundial que se celebra esta semana en Davos para poner de manifiesto que en países como España, las 20 personas más ricas poseen una fortuna similar a los ingresos del 20% de su población más pobre.
Según explica, en los últimos años se han venido adoptando políticas que claramente benefician a quienes más tienen, como la desregulación y la opacidad financieras, los paraísos fiscales, la reducción de los tipos impositivos sobre las rentas más altas o los recortes en inversión y protección social.
“Desde finales de 1970, los tipos impositivos sobre las rentas más altas se han reducido en 29 de los 30 países de los cuales se dispone de datos, lo que significa que en muchos lugares los ricos no sólo ganan más, sino que también pagan menos impuestos”, expone el trabajo de Oxfam, para incidir en que se trata de un “manifiesto secuestro de los procesos democráticos por parte de las élites y a expensas de la clase media y los más pobres”.
El director de Oxfam Intermón, José María Vera, afirma que España “no escapa a esta dinámica”, pues los casos en los que los intereses de una minoría económicamente poderosa se han impuesto a los de la ciudadanía “son numerosos en su historia” y la crisis que padece “tiene buena parte de su origen precisamente, en esas dinámicas perniciosas”.
Entre estas ‘dinámicas’ señalan el caso de Europa, donde “las tremendas presiones de los mercados financieros ha impulsado drásticas medidas de austeridad que han golpeado a las clases baja y media, mientras los grandes inversores se han aprovechado de planes de rescate públicos”, destaca el informe.
En cuanto a Estados Unidos, apunta que la desregulación financiera ha propiciado que se incremente el capital acumulado por el 1% más rico de la población hasta el nivel más alto desde la Gran Depresión, hace 80 años. Mientras, en India, el número de multimillonarios se multiplicó por diez en la última década, “gracias a una estructura fiscal altamente regresiva y el aprovechamiento de sus vínculos con el gobierno”.
En África, las grandes transnacionales (en particular del sector extractivo) “han aprovechado su influencia para renegociar contratos con condiciones fiscales mucho más ventajosos, limitando la capacidad de estos gobiernos para luchar contra la pobreza”, conforme señala el trabajo de Oxfam.
El informe destaca asimismo que se estima que 21 billones de dólares se escapan cada año al control del fisco a nivel mundial, porque “las personas más ricas y las grandes empresas ocultan miles de millones a las arcas públicas a través de complejas redes basadas en paraísos fiscales”.
Como resultado, en la actualidad casi la mitad de la riqueza mundial está en manos del uno por ciento más rico de la población, (110 billones de dólares) y la otra mitad se reparte entre el 99% restante. En Europa, la fortuna de las 10 personas más ricas supera el coste total de las medidas de estímulo aplicadas en la UE entre 2008 y 2010 (217.000 millones de euros frente a 200.000 millones de euros).
Aunque la desigualdad ha escaldo posiciones en la agenda global en los últimos años, consiguiendo que incluso el propio Foro Económico Mundial haya identificado su incremento como el segundo riesgo más importante a nivel mundial para los próximos 12-18 meses; la organización exige medidas urgentes para frenar y revertir la tendencia.
La entidad incide en que sus reclamaciones tienen respaldo social, como probó una encuesta realizada para Oxfam en media docena de países (España, Brasil, India, Sudáfrica, Reino Unido y Estados Unidos), según la cual, la mayor parte de la población cree que las leyes están diseñadas para favorecer a los ricos. En España, ocho de cada diez personas están de acuerdo con esta afirmación.
El director de Oxfam Intermón señala asimismo que “No podemos pretender ganar la lucha contra la pobreza sin abordar la desigualdad. Esta creciente lacra está creando un círculo vicioso en el que la riqueza y el poder están cada vez más concentrados en las manos de unos pocos, dejando al resto de la ciudadanía las migajas”.