Los ministros de Finanzas del G7 analizarán la posibilidad de extender el congelamiento del pago de deuda de países con bajos ingresos, y coordinarán sus respuestas a la pandemia de coronavirus.
En una teleconferencia organizada por el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, los ministros han reiterado su pedido a todos los acreedores bilaterales oficiales de implementar el congelamiento de la deuda del G-20 a los países más pobres y han acordado que tomarán en cuenta opciones adicionales, como por ejemplo una extensión de la iniciativa hacia el 2021.
En la reunión también han participado los líderes del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional, quienes han instado al G-20 a extender su Iniciativa de Suspensión del Servicio de la Deuda (DSSI, por su sigla en inglés) ante el impacto económico de la pandemia.
Los miembros del G-20, incluida China, y el Club de París de acreedores oficiales ofrecieron el pasado mes de abril un congelamiento de los pagos del servicio de la deuda a los 73 países más pobres hasta fin de año y liberar unos 12.000 millones de dólares (10.048 millones de euros) en fondos para que esos países luchen contra el brote del coronavirus y mitiguen su impacto económico.
Sin embargo, la implementación del congelamiento de la deuda ha sido un desafío, provocando pedidos de extensión y expansión.
El portavoz ha señalado que los ministros acordaron el lunes “promover la transparencia de los datos de la deuda y considerar opciones adicionales en el futuro para los países de bajos ingresos, incluida una extensión del DSSI hasta 2021”.
Por otro lado, han hecho énfasis en la necesidad de fabricar y distribuir vacunas y tratamientos para el COVID-19, particularmente en aquellos países que tienen bajos ingresos.