Reino Unido ofrecerá 330.000 millones de libras (367.545 millones de euros) en garantías crediticias y otras medidas para ayudar a las empresas afectadas por el brote del coronavirus.
Rishi Sunak, el ministro de Finanzas, ha señalado que “este es un momento para ser audaz, un momento para el coraje”.
El ministro ha comentado que está dispuesto a aumentar el tamaño de los avales sobre los préstamos para asegurar que el dinero en efectivo llegue a todas las empresas que lo necesiten cuando sus negocios se desplomen.
Por otro lado, se han anunciado otras medidas, como una moratoria de tres meses en las hipotecas que pagan personas con dificultades. El ministro ha pedido a las entidades bancarias que sean flexibles con los prestatarios afectados por el coronavirus y que la moratoria de tres meses sería un primer paso.
En una conferencia de prensa ha comentado que “hemos tenido amplias deliberaciones con los bancos, que entienden la situación en la que se encuentra la gente y me han asegurado que darán flexibilidad a esas personas en esas circunstancias, y tendrán comprensión”.
Además, se ampliaría la suspensión del impuesto sobre los inmuebles que disfrutan las pequeñas empresas a todas las empresas de los sectores de la hostelería y el ocio.
Sunak ha dicho que estas empresas también podrían obtener una subvención en efectivo y el Gobierno analizaría un paquete de apoyo para aerolíneas y aeropuertos.
El ministro de Finanzas ha agregado que “esta lucha no se superará con un solo paquete de medidas o intervenciones aisladas. Este esfuerzo nacional estará apuntalado por las intervenciones del Gobierno en la economía a una escala inimaginable hace sólo unas semanas”.
A principios de semana, Boris Johnson pidió a los ciudadanos que evitaran los pubs, restaurantes, cines y teatros, dejando a muchas empresas ante unas difíciles perspectivas de supervivencia.
Los analistas de los presupuestos británicos han explicado que el alcance de los préstamos necesarios para hacer frente a la crisis del coronavirus en la economía podría parecerse al inmenso desembolso del país con motivo de la Segunda Guerra Mundial.