El Centro para la Investigación Económica Europea (ZEW) ha informado que la confianza inversora bajó en Alemania en febrero con fuerza, debido a que se esperan consecuencias negativas en el comercio mundial del coronavirus, que surgió en China y podría tener efectos en los sectores exportadores.
El organismo precisó que su índice de confianza inversora bajó 18 puntos en febrero hasta 8,7 puntos, por lo que se sitúa por debajo del nivel de diciembre del año pasado.
«Las temidas consecuencias negativas de la epidemia de coronavirus en China en el comercio mundial llevaron a una caída notable de las expectativas coyunturales en Alemania», considera el presidente del ZEW, Achim Wambach.
«Ha caído especialmente la valoración respecto a la evolución de los sectores exportadores. Además, la economía alemana ha evolucionado a finales de 2019 y a comienzos del nuevo año peor de lo esperado», añade Wambach.
La caída de la valoración de la situación actual y de las expectativas deja claro que la coyuntura alemana es «muy frágil», según el presidente del ZEW.
La valoración de la situación económica actual en Alemania cayó en febrero 6,2 puntos, hasta -15,7 puntos, respecto a enero.
Días atrás, la Oficina Federal de Estadística (Destatis) detalló que la economía alemana creció un 0,6% en el conjunto de 2019, pero se estancó en el último trimestre del pasado ejercicio.
En los tres primeros meses de 2019, el producto interior bruto (PIB) creció un 0,5%%, retrocedió un 0,2% en el segundo trimestre y experimentó una ligera recuperación entre julio y septiembre, del 0,2%
En comparación con el cuarto trimestre de 2018, el crecimiento interanual del PIB alemán se situó en el 0,3%, frente al 1,1% del tercer trimestre, aunque al ajustar en precio y calendario el ritmo de expansión fue del 0,4%, frente al 0,6% de los tres meses anteriores.
Este estancamiento del cuarto trimestre se debe a que tanto el consumo privado como el gasto público perdieron impulso, lo que alienta los temores a una recesión, según los datos preliminares publicados esta semana.
La mayor economía de Europa ha estado perdiendo impulso mientras sus fabricantes se mantienen en una recesión debido a la debilidad de las exportaciones, un sector automovilístico que lucha con un costoso cambio a los coches eléctricos y las tensiones comerciales entre EE UU y China.
El consumo privado y el gasto estatal han estado impulsando el crecimiento, y si esos dos sectores siguen debilitándose este año aumentarán los temores de una recesión.