Benoit Coeuré, representante francés en el directorio del Banco Central Europeo (BCE), ha confirmado que el organismo va a estudiar en su próxima reunión de política monetaria del 22 de enero la creación del programa de compra de deuda pública.
En una entrevista al diario Liberation, Coeuré, ha destacado que el banco central debe decidir si la compra de deuda pública se concentrará en países concretos o si abarcará toda la zona euro.
Coeuré ha señalado que “el objetivo de la QE (siglas inglesas para ‘quantitative easing’ o ‘alivio cuantitativo’) es garantizar la confianza en la capacidad de un banco central para estabilizar la inflación. Tendremos en cuenta las experiencias de Estados Unidos y Reino Unido para fijar el volumen de bonos a comprar para restaurar la confianza en el hecho de que la inflación regresará a un nivel por debajo pero cercano al 2%”.
El representante francés ha comentado que, en verano del 2014, la zona euro vivió un riesgo de deflación. Por esta razón, los legisladores europeos tienen que movilizar sus herramientas para impulsar el crecimiento, lo que implica tanto políticas monetarias y presupuestarias como reformas estructurales.
El consejero del BCE considera que el crecimiento y la inflación inferiores a lo previsto “nos obligan a reaccionar y, una vez más, a imaginar instrumentos para apoyar el crecimiento”.
Por su parte, el BCE ha dejado claro que, de ser necesario, podría cambiar el ritmo y la composición de las compras de activos, ya que no ve posible que nuevos recortes de los tipos de interés tengan el impacto deseado.
Ante esto, Couré ha comentado que se ha conversado acerca de “cómo ampliar el universo de activos que compramos en caso de que sea necesario y, creo que lo hemos dicho públicamente, si queremos ampliar significativamente ese universo, principalmente con la compra de bonos soberanos. Entonces surgen todo tipo de cuestiones técnicas que está discutiendo la plantilla del BCE y el Eurosistema en general”.