La agencia de calificación crediticia Fitch ha confirmado el rating de México a largo plazo en ‘BBB-‘, con perspectiva ‘estable’, según ha informado la entidad en un comunicado.
Las claves de esta decisión pasan por una política macroeconómica «prudente», unas finanzas externas «robustas» y un nivel de deuda pública sobre el PIB «estable» e incluso por debajo de los emisores promedio con rating ‘BBB’.
No obstante, la firma también apunta que la calificación se ve afectada de manera negativa por una gobernanza débil, un crecimiento moderado en el largo plazo, una continua intervención política que afecta al clima de inversión y las implicaciones para las finanzas del Gobierno Federal en su estrategia de aliviar la carga tributaria de la petrolera estatal Pemex.
La perspectiva estable se basa en el relativamente sólido desempeño de las finanzas públicas pese a los desafíos en el medio plazo. «Esto respalda nuestra evaluación de la credibilidad de la política macroeconómica como una fortaleza en el rating y un respaldo a la confianza del sector privado, a pesar de las continuas intervenciones de política microeconómica y los desafíos de gobernabilidad», añade.
Por otro lado, Fitch proyecta un crecimiento del 5,9% para la economía mexicana este año y del 2,8% en 2022. Si bien la recuperación prosigue su camino, lo hace a diferentes velocidades entre los sectores de actividad. Así, mientras la industria manufacturera ha recuperado ya los niveles anteriores a la pandemia, la construcción y los servicios de consumo están por detrás en la reactivación.