Sabine Lautenschläger, miembro del Comité Ejecutivo del Banco Central Europeo (BCE), ha señalado que el organismo quiere reducir el programa de estímulos monetarios a través del programa de expansión cuantitativa.
La representante del BCE ha asegurado que «el boyante crecimiento económico junto con la acomodación monetaria llevará a la tasa de inflación hasta nuestra meta. No existen dudas de esto. Por tanto, es el momento de tomar una decisión respecto a la reducción de la compra de bonos a principios del próximo año».
Sin embargo, el BCE debe definir cómo va a poner fin a sus medidas heterodoxas y ha destacado la necesidad de que exista «mucha comunicación», porque no quieren confundir al mercado con ideas ambiguas.
Lautenschläger ha asegurado que «todas las condiciones están en su lugar para que la inflación alcance el objetivo de estabilidad de precios, cerca del 2%. La eurozona acumula más de 17 trimestres consecutivos de crecimiento económico, la tasa de desempleo media ha caído de alrededor de un 12% hasta un 9% y la demanda ha cobrado impulso en todos los países en general».
En relación a la inflación, Lautenschläger ha explicado que no ha podido recuperar los niveles previstos porque esto está relacionado con la alta volatilidad de los precios del petróleo y de las materias primas, así como también por el umbral de la tasa de paro, que se ubica lejos de su potencial real.
Desde 2016, el BCE ha tratado de reactivar la inflación y el crecimiento a raíz de la crisis financiera y de bonos experimentadas en la eurozona gracias al programa de expansión cuantitativa (QE).