S&P Global Ratings ha elevado la perspectiva sobre Deutsche Bank de estable a positiva y mantiene su ‘rating’ en A- por su programa de transformación 2019-2022 y por la fortaleza de su perfil crediticio.
La agencia de calificación ha destacado que dicho plan de transformación ha comportado la adopción de «un modelo comercial más centrado y rentable» y que sentará «las bases para un mayor progreso». Por otro lado, «los sólidos perfiles de capital, fondos y liquidez respaldan su perfil crediticio y mitigan la volatilidad del mercado».
En consecuencia, S&P ha revisado las perspectivas no solo de Deutsche Bank, sino también de sus principales subsidiarias europeas y estadounidenses por la «gestión proactiva para mitigar la incertidumbre económica». Asimismo, S&P ha avanzado que podría «subir las calificaciones si Deutsche Bank mantiene su disciplina estratégica, impulso de ganancias y métricas de balance favorables».
Por su parte, el consejero delegado de Deutsche Bank, Christian Sewing, se ha mostrado «encantado» de contar con «este movimiento de apoyo por parte de un actor clave».
«Las perspectivas positivas de S&P subrayan la importancia del progreso realizado para transformar Deutsche Bank, de nuestro modelo de negocio centrado y equilibrado, así como de nuestros objetivos estratégicos claros y factibles para 2025», ha señalado.
El director financiero del grupo, James von Moltke, ha reconocido que se encuentra «motivado» por ver el «progreso de Deutshche Bank, una vez más, reconocido por una agencia de calificación».
A finales de abril, Deutsche Bank informó de que tuvo un beneficio neto atribuido de 1.158 millones de euros en los tres primeros meses de 2023, lo que representó un incremento del 9,2% respecto del resultado contabilizado en el mismo periodo del año anterior por la entidad. Esta anunció medidas adicionales para aumentar la eficiencia, incluido el recorte de unos 800 puestos de trabajo en el segundo trimestre.
«Nuestros resultados del primer trimestre subrayan lo bien que lo estamos haciendo», afirmó Sewing recordando que el trimestre estuvo marcado por una alta volatilidad y por titulares negativos en torno al sector bancario.
«Esto se refleja en el mejor inicio de año en mucho tiempo. Generamos 7.700 millones de euros en ingresos, los más altos en un trimestre desde 2016, y el beneficio antes de impuestos de 1.900 millones de euros fue el mejor resultado desde 2013», añadió.
En concreto, la cifra de negocio del banco alemán en el periodo alcanzó los 7.680 millones de euros, un 4,8% por encima de los ingresos contabilizados un año antes y su mejor resultado desde 2016.
De su lado, la ratio de capital de máxima calidad CET1 de Deutsche Bank al finalizar el primer trimestre era del 13,6%, frente al 13,4% registrada al concluir el último trimestre del año pasado.
A su vez, el índice de cobertura de liquidez se fortaleció al 143% al final del trimestre, desde el 142% al final de los tres meses anteriores y por encima del requisito regulatorio del 100% con un superávit de 63.000 millones de euros.