El Banco Mundial ha señalado en un informe que la deuda oculta y los préstamos dudosos son un riesgo para la recuperación equitativa en los países en desarrollo, después del impacto negativo que ha tenido la pandemia del coronavirus en la economía.
La deuda oculta es el resultado de operaciones dudosas cerradas por hogares y compañías con instituciones financieras de forma poco transparente. Este tipo de deuda tiene como consecuencia una mayor dificultad para acceder al crédito por parte de las familias de bajo ingresos y las pequeñas empresas.
En el informe titulado «Finanzas al servicio de la recuperación equitativa», el Banco Mundial sostiene que una mayor transparencia respecto de la deuda oculta y a los préstamos dudosos puede no sólo reducir los riesgos financieros, sino también apoyar la recuperación.
El presidente del Grupo Banco Mundial, David Malpass, considera que «es fundamental trabajar para que el acceso al crédito sea amplio y la asignación de capital se oriente al crecimiento. Esto permitiría que las empresas más pequeñas y dinámicas, así como los sectores con mayor potencial de crecimiento, inviertan y creen empleo».
Malpass ha señalado que «la mayor rigidez de las condiciones financieras mundiales (con una elevada inflación y un previsible aumento de los tipos de interés) y la escasa profundidad de los mercados de deuda interna de muchos países en desarrollo ahuyentan la inversión privada y entorpecen la recuperación».
El organismo prevé que el nivel de incumplimiento de los préstamos en los países que se encuentran en vías de desarrollo podría aumentar, por lo que la deuda privada se convertiría rápidamente en deuda pública, en la medida en que los Gobiernos brinden su apoyo al sector privado.
Además, el Banco Mundial ha hecho un llamamiento para poner en marcha una serie de mecanismos de insolvencia que ayuden a evitar el riesgo de sobreendeudamiento a largo plazo y «se otorguen préstamos a empresas zombis, que socavan la recuperación económica».