En líneas generales, el informe saca un perfil concreto del tipo de trabajador que está dentro de la economía sumergida. El 45% de las personas contratadas de manera informal en el mundo «tienen, en el mejor de los casos, un nivel de educación primaria». El porcentaje escala al 95% para aquellos trabajadores que no tienen ni la formación básica.
Al mismo tiempo, resalta que estos trabajadores tienen «oportunidades muy limitadas» para mejorar sus habilidades. Esto supone un problema muy grave ya que los empleadores «buscan habilidades que los trabajadores informales no tienen o no pueden demostrar tener», reitera el informe de la OCDE. Por tanto, están abocados a seguir encadenando empleos dentro de la economía sumergida para poder salir adelante.
Por tanto, este tipo de personas «enfrentan una mayor probabilidad de caer en la pobreza y tienen mayores dificultades relacionadas con la salud y la vejez», advierte el organismo.
La formación como clave
En líneas generales, es muy poco probable que una persona que emprende su vida laboral dentro de la economía sumergida consiga transaccionar a un empleo formal. «Incluso cuando ocurren, tales transiciones no necesariamente resultan en mejoras de ingresos para los trabajadores», reza el informe.
La clave para que esto no ocurra y que se rompa ese «círculo vicioso» del que hablan de «crear oportunidades específicas» para los trabajadores informales a través del reconocimiento de sus habilidades adquiridas en ese tipo de empleos. Por otro lado, recalca que los Gobiernos deben «seguir invirtiendo en una educación accesible, equitativa y de calidad», al mismo tiempo que deben esforzarse por prevenir el abandono escolar.
Otra solución que el organismo internacional considera «fundamental» es la de ampliar el escudo social a través de subsidios que fomenten su participación e incorporación al mundo laboral contributivo. De hecho, la OCDE dice que debería verse esta medida como «una inversión para el alivio de la pobreza».
En el caso que aquellos trabajadores que tienen niveles de estudios superiores pero que están dentro de la economía sumergida la solución que aporta el organismo internacional son «medidas adicionales» garantizando una cobertura adecuada de las leyes laborales, seguridad social y las regulaciones tributarias, haciéndolas cumplir tanto a los trabajadores como a los empleadores.