La Oficina Europea de Estadística (Eurostat) ha señalado que la inflación en la zona euro se suavizó en junio como consecuencia de una caída de los costos en el sector energético y a una ralentización en el aumento de los precios de los alimentos y los servicios después del incremento observado en el mes de mayo.
Eurostat también ha indicado que los precios al consumidor en los 19 países que comparten el euro se mantuvieron sin cambios intermensuales para el mes de junio, al alcanzar una lectura interanual del 0,2%, confirmando la estimación anterior, mientras que la inflación para el mes de mayo fue del 0,3%.
La Oficina de estadísticas ha confirmado que en el mes de junio el encarecimiento de restaurantes y cafés, tabaco y alquileres fue el que produjo un mayor impacto en el valor interanual que se usa para medir la inflación, mientras que la disminución en el costo del gas, el combustible para calefacción y vehículos hizo que el índice fuera a la baja.
Los costos energéticos tuvieron un descenso del 5,1% en comparación al retroceso que sufrieron del 4,8% en el mes de mayo.
Sin tomar en cuenta aquellos componentes considerados más volátiles de los alimentos y la energía, conocido como inflación subyacente, los precios siguieron planos en términos intermensuales, y mostraron un aumento interanual del 0,8%, en relación al 0,9% de incremento en mayo.
El Banco Central Europeo (BCE) ha estado realizando compras de deuda pública y otros activos para inyectar alrededor de 1 billón de euros en la economía, con el objetivo de aumentar la inflación hasta alcanzar su objetivo por debajo del 2%. El BCE estima que la inflación de la zona euro se incremente al 1,5% en 2016 y al 1,8% en 2017.