Según el Bundesbank, la economía alemana dejará gradualmente atrás su actual «adormecimiento», y anticipa una aceleración del crecimiento de la ‘locomotora europea’ hasta el 1,4% en 2021 y 2022, frente a la modesta expansión del 0,5% y del 0,6%, prevista para 2019 y 2020, respectivamente.
El presidente del banco central de Alemania, Jens Weidmann, ha señalado que, además del estímulo prestado al crecimiento por la política fiscal germana y los bajos tipos de interés, «el principal impulsor de la mejora de las perspectivas económicas son las exportaciones».
Las últimas previsiones del Bundesbank apuestan por un crecimiento más vigoroso de las exportaciones alemanas a partir del próximo año, gracias a la recuperación esperada de la demanda externa, lo que permitirá una recuperación de la industria y «hará menos pronunciada la naturaleza de dos velocidades de la economía germana», que en los últimos tiempos ha sido impulsada por la demanda doméstica ante el debilitamiento del sector manufacturero orientado a la exportación.
En este sentido, el Bundesbank anticipa un crecimiento menos dinámico de la demanda doméstica como consecuencia del incremento más modesto de la renta disponible como consecuencia de una evolución menos vigorosa del mercado laboral.
Asimismo, Weidmann ha advertido de que los riesgos para las perspectivas de crecimiento «se inclinan a la baja» ante la persistencia de fuentes externas de riesgos que podrían agravar o prolongar la recesión del sector industrial.
En cuanto a la evolución de los precios, el banco central germano anticipa un debilitamiento temporal de las presiones inflacionistas en 2020 a raíz del abaratamiento de la energía, pero confía en un repunte de la tasa de inflación en los años siguientes, alcanzando el 1,6% en 2021 y el 1,9% en 2022.
Además, dado el robusto incremento de los salarios en Alemania y el incremento de los precios de las importaciones, el Bundesbank pronostica que la inflación subyacente se mantendrá estable en torno al nivel actual del 1,5%, con la expectativa de subir al 1,6% para 2022.
Por otro lado, el cuadro macroeconómico dibujado por la institución contempla una reducción del superávit presupuestario de Alemania, hasta el 1,5% del PIB este año, que seguirá bajando de manera gradual en los siguientes ejercicios, mientras que la ratio de deuda mantendrá su trayectoria bajista y se situará, a más tardar en 2020, por debajo del límite del 60% estipulado por el Tratado de Maastricht.