El Gobierno de China podría implementar más medidas de estímulo, en el corto plazo con el objetivo de contrarrestar la desaceleración del crecimiento, y lograr así “un buen comienzo” en el primer trimestre para su economía.
La Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma de China (CEDR, por su sigla en inglés) ha dicho en un comunicado que China va a reforzar el monitoreo de su situación económica y mejorará su “reserva” de políticas económicas.
La segunda economía más grande del mundo se desaceleró en el 2018 cuando las autoridades de China llevaron a cabo una serie de ajustes estructurales a largo plazo con el propósito de hacer la transición a una trayectoria de crecimiento más gradual pero sostenible.
Por otro lado, la guerra comercial que mantiene el gigante asiático con Estados Unidos ha generado incertidumbre sobre las perspectivas a corto plazo de China. Las exportaciones anotaron en diciembre su mayor declive en dos años, una señal de una presión creciente sobre la economía.
Li Keqiang, el primer ministro, ha dicho que China alcanzó sus objetivos económicos para el 2018, que fueron “difíciles”, y está buscando un comienzo sólido de la economía en el primer trimestre de este 2019 con el fin de establecer unas condiciones que le permitan cumplir los objetivos que se han fijado.
La semana pasada, fuentes cercanas al Gobierno dijeron a la agencia Reuters que Pekín prevé reducir su meta de crecimiento a entre un 6 y un 6,5 por ciento este año, después de un 6,6 por ciento previsto en el 2018.
Los especialistas han destacado que se necesita un crecimiento anual del 6,2 por ciento este año y en el 2020 para cumplir con el antiguo objetivo fijado por el Partido Comunista gobernante de duplicar el Producto Interior Bruto (PIB) en la década hasta el 2020, y convertir a China en una nación “modestamente próspera”.