La producción industrial de China ha crecido más de lo esperado en octubre, al igual que la inversión, lo que sugiere que una serie de medidas de apoyo podrían estar surtiendo efecto.
Las ventas minoristas se ralentizaron más que lo esperado, mientras que el crecimiento de la inversión inmobiliaria ha caído en octubre a un mínimo en 10 meses y las ventas de las casas han bajado a medida que los promotores de bienes raíces frenaban sus planes de expansión.
Ante el crecimiento más débil desde la crisis financiera global, los funcionarios chinos están acelerando los proyectos de carreteras y ferrocarriles, presionando a los bancos para que aumenten los préstamos y recortando los impuestos para aliviar las tensiones en las empresas y evitar una caída mayor de la actividad.
La producción industrial se ha incrementado un 5,9 por ciento en octubre. Los analistas esperaban que la producción fabril creciera un 5,7 por ciento, en comparación con el 5,8 por ciento de septiembre.
La economía del gigante asiático se está enfrentando a presiones internas y externas, así como también a una fiscalización a los préstamos más arriesgados que afecta de forma negativa a la inversión.
Aunque las exportaciones de China a Estados Unidos han resistido, los expertos han advertido que podrían caer drásticamente en 2019, después de que Estados Unidos fije unos niveles de aranceles mucho más altos a partir de enero.
Las encuestas de negocios señalan que los pedidos de exportación de las fábricas de China se han ido reduciendo durante meses.
Por otro lado, el crecimiento de la inversión en activos fijos de China se ha elevado hasta el 5,7 por ciento entre los meses de enero y octubre. Los analistas esperaban que subiera un 5,5 por ciento hasta octubre, frente a un alza de un 5,4 por ciento entre enero y septiembre.