El Banco Central Europeo (BCE) y el Bundesbank quieren acelerar la penalización de la deuda pública en balance, ya que consideran que este principio debe aplicarse también a la deuda que emiten los países, y cuanto antes, mejor.
Meses atrás, el BCE hizo suyo el argumento del banco central alemán de que comprar deuda pública expone a los bancos a la posibilidad de impago de los Estados, por lo que está convencido de que hay que exigir requisitos de capital a las entidades por tener bonos soberanos en balance.
El BCE también es partidario de limitar la deuda pública en el balance de las entidades a un porcentaje equivalente a 25% del capital, al igual que sucede con las grandes exposiciones de crédito.
Por otra parte, desde hace años el Bundesbank reniega del fuerte nexo entre los Estados y los bancos radicados en su territorio, por la amenaza de contagio de problemas.
El tercer punto de encuentro entre el BCE y la institución que encabeza Jens Wiedmann es que deben ingresar a la ola regulatoria, coinciden en que no hace falta esperar a que se alcance un acuerdo a escala internacional como el que figura en la agenda del Comité de Basilea.
“Si no va lo suficientemente rápido a nivel internacional probablemente tendría sentido para Europa revisarlo por su cuenta”, respondió la presidenta del Mecanismo Único de Supervisión (MUS) del BCE, Danièle Nouy, a la pregunta de si es necesario reformar el tratamiento regulatorio preferente que recibe el papel estatal.
Desde el Bundesbank, Andreas Dombret, miembro del consejo ejecutivo, defendió en una conferencia en Fráncfort el pasado 30 de septiembre que la revisión del trato que recibe la deuda soberana sigue siendo “un cambio fundamental que necesita el marco regulatorio financiero”.