El Banco de Pagos Internacionales (BPI), en su último informe trimestral, señala que ha aumentado la preocupación de los inversores «por la creciente vulnerabilidad de las economías de mercado emergentes, particularmente China, a medida que reconsideran las perspectivas de crecimiento mundial».
En el informe el BPI recuerda también la crisis griega, pero considera que su «impacto en los mercados mundiales fue relativamente limitado».
Además, el BPI ha analizado la caída del precio de las materias primas, especialmente del petróleo. «El factor explicativo más probable fue la percepción de una menor demanda debido al debilitamiento de la actividad económica en una serie de economías emergentes», según el BPI.
A su vez, el abaratamiento de las materias primas empeoró las perspectivas de crecimiento en las economías emergentes que las producen y como consecuencia, se depreciaron los tipos de cambio de numerosos productores de materias primas, añade el BPI.
Claudio Borio, jefe del departamento Monetario y Económico del BPI, dijo en la presentación del informe que los mercados «se preguntan qué consecuencias tendrá esta nueva coyuntura para las políticas monetarias en las grandes jurisdicciones con monedas internacionales, empezando por Estados Unidos».
La próxima semana, la Reserva Federal (Fed) decidirá si eleva su tasa de interés oficial o, de lo contrario, si es mejor esperar. «Por su parte, el Banco Central Europeo (BCE) parece estar dispuesto a relajar aún más su política monetaria en caso de deteriorarse la situación, mientras que el Banco de Japón se enfrenta a un debilitamiento del Producto Interior Bruto (PIB) y de la inflación», señaló Borio.
Solo el Banco Central de Brasil ha endurecido su política monetaria durante el periodo analizado, principalmente julio y agosto, ante el repunte de la inflación pese al agravamiento de la recesión.