Fitch ha mejorado en una décima sus pronósticos de crecimiento para la economía de España en 2018.
De esta forma, el rating español pasa a situarse en el 2,7% al considerar que la situación política no va a tener un impacto material sobre la actividad, que seguirá recibiendo el impulso de la demanda doméstica y la buena marcha del mercado laboral.
El pasado mes de enero, Fitch, tomó la decisión de elevar el rating de España hasta ‘A-‘ con perspectiva ‘estable’, un nivel equivalente al ‘notable’, y mantiene su previsión de que en el año 2019 el crecimiento del Producto Interno Bruto se desacelerará de forma sensible, por lo que se ubicará en el 2,3%, y se moderará al 1,9% un año después.
De este modo, la agencia de calificación considera que es muy probable que se presente una moderación gradual del consumo y de la creación de empleo en los próximos ejercicios a medida que el crecimiento de la economía pierde vigor debido al nivel históricamente bajo de ahorro de los españoles.
En este sentido, Fitch ha estimado que la tasa de paro se ubicará al cierre de este año en el 15,3% para moderarse hasta el 13,7% el año que viene y descender hasta el 12,5% en el 2020.
En relación a la situación política que se vive en España, la agencia de calificación de riesgos, que volverá a evaluar la nota de solvencia de España el próximo 13 de julio, ha destacado la debilidad del Gobierno en minoría de Pedro Sánchez y, aunque no cree que se presenten elecciones anticipadas, «no prevé que los acontecimientos políticos vayan a tener impacto material sobre el crecimiento».
Por otro lado, Fitch ha indicado en un informe que el déficit agregado de las 17 comunidades autónomas llegó al 0,32% con respecto al PIB en 2017, frente al 0,84% que se alcanzó un año antes. La firma ha destacado que «los mayores ingresos reflejan la recuperación económica de España y la creación de empleo».