Empresas europeas expresa descontento con la simplificación del paquete Ómnibus de la UE

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Empresas europeas expresa descontento con la simplificación del paquete Ómnibus de la UE

Una encuesta realizada a más de 1.000 empresas de distintos sectores y países de la Unión Europea (UE) muestra que el 51% de ellas expresa su descontento con la simplificación del paquete Ómnibus actualmente en trámite en Bruselas.

Asimismo, el 61% de las empresas encuestadas ha manifestado su conformidad con la Directiva sobre Informes de Sostenibilidad Corporativa (CSRD), según el estudio publicado este jueves por el colectivo de profesionales #WeAreEurope, en colaboración con instituciones académicas como HEC París, LMU Múnich y CBS Copenhague.

El estudio señala que la mayoría de las empresas considera que la CSRD está en sintonía con sus prioridades estratégicas y con la visión europea de responsabilidad empresarial. No obstante, también han identificado una preocupación considerable respecto a la orientación que están adoptando los esfuerzos de simplificación por parte de la Comisión.

Los autores del estudio han afirmado que estos resultados ponen en duda el discurso político que respalda el paquete Ómnibus, el cual se plantea como una solución a las inquietudes del sector empresarial y la competitividad.

Según la encuesta, apenas un 7% de las empresas europeas cree que la directiva requiere una revisión profunda. Además, el respaldo se mantiene incluso en los departamentos financieros, que suelen ser más escépticos, donde el nivel de insatisfacción alcanza solo el 27%.

Al respecto, el consultor en sostenibilidad y coordinador de la campaña española de #WeAreEurope, Laurent Ortega, ha comentado que «no todas las empresas tienen los recursos o la capacidad de hacer lobby en Bruselas», en tanto que «esta encuesta demuestra que el discurso de las empresas más críticas y ruidosas [han citado casos como TotalEnergies y Siemens] está lejos de reflejar la opinión de la mayoría».

APOYO A LOS INFORMES DE SOSTENIBILIDAD CORPORATIVA

Siguiendo con el estudio, han pormenorizado que la normativa es ampliamente percibida como un refuerzo a la gestión de riesgos, la estrategia ESG (estrategias ambientales, sociales y de gobernanza por sus siglas en inglés) y la evaluación de impactos.

Todo ello, bajo la premisa de que un 88% de los encuestados ha afirmado que la CSRD refleja la visión económica, ambiental y social de Europa para el ámbito empresarial; asimismo, desde el estudio han resaltado su sorpresa al constatar que un 62% de las empresas la considera como una contribución positiva a la soberanía e influencia de Europa.

Incluso entre las empresas más pequeñas -«frecuentemente presentadas como víctimas de una carga desproporcionada», ha aducido el estudio- el apoyo es elevado: «Entre las compañías con 250-500 empleados, el 57% es favorable, porcentaje que asciende al 67% en el caso de empresas con más de 5.000 empleados», han diferenciado.

Por otra parte, un 25% de las empresas ha mostrado su satisfacción con la propuesta Ómnibus de la Comisión, que busca simplificar las reglas sobre sostenibilidad corporativa y diligencia debida, frente al citado 51% que no ve con agrado los cambios.

Ligado a esto, las empresas han rechazado la idea de que la CSRD les genere una desventaja competitiva global: «Sólo el 37% está de acuerdo con esta percepción, mientras que el 46% la rechaza de forma directa», ha cifrado el estudio.

Sin embargo, una mayoría del 86% ha coincidido en que la sugerencia de mejora más respaldada es la reducción del número de indicadores exigidos y la mejora de la automatización.

En cuanta la propuesta de la Comisión de que solo aquellas con más de 1.000 empleados deban cumplir con la CSRD -elevando el umbral desde los 250 actuales-, la encuesta ha arrojado que un 49% ha apoyado elevar el umbral de 250 a 500 empleados, mientras que un 27% está a favor de aumentarlo a 1.000.

De su lado, entre las empresas con entre 500 y 1.000 empleados, el 56% ha expresado su deseo de permanecer dentro del ámbito de aplicación obligatorio.

Como elemento de conclusión a esta batería de datos, Ortega ha argumentado que «las empresas europeas no están pidiendo normas más laxas, sino que lo que desean es claridad, proporcionalidad y apoyo en la implementación para alcanzar sus objetivos».

«No consideran que estas normas supongan una amenaza frente a Estados Unidos o China; al contrario, la mayoría ve la sostenibilidad como clave para su éxito futuro», ha agregado.