Los precios al consumidor en Reino Unido se incrementaron el mes pasado al ritmo más rápido desde junio del año 2014, como consecuencia del alza de los precios mundiales del petróleo, y la caída del valor de la libra esterlina debido al triunfo del ‘Brexit‘.
La Oficina Nacional de Estadística (ONS) ha detallado que los precios al consumidor crecieron en torno a un 1,8% en relación al año pasado.
A principios del mes de febrero, el Banco de Inglaterra estimó que la inflación se va a acelerar por encima del 2,7% en un año debido a que la intención de Gran Bretaña de salir de la Unión Europea presiona al alza los costos de las importaciones.
Por otro lado, cifras oficiales han indicado que los precios pagados por las fábricas para la adquisición de combustible y materiales se elevaron a una tasa anual del 20,5% en enero, la mayor subida desde septiembre del año 2008.
El coste del petróleo fue un 88% más alto que hace un año, debido a un repunte mundial de los precios del crudo.
Mike Prestwood, analista de la oficina estadística, ha señalado que «el último aumento en el IPC se debió principalmente al aumento de los precios de la gasolina y el diésel, junto con una importante desaceleración en la caída de los precios de los alimentos».
La caída de la libra ha comenzado a afectar el poder adquisitivo de los consumidores, que han ayudado a la economía de Reino Unido a mantener el crecimiento desde la victoria del ‘Brexit‘.