El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha solicitado a China mayor «claridad» sobre su régimen cambiario para calmar la volatilidad financiera, y recurrir al estímulo fiscal en caso de que la desaceleración económica se profundice.
«Mayor claridad y comunicación alrededor del régimen del tipo de cambio sería útil», dijo el portavoz del FMI, Gerry Rice, durante una rueda de prensa al referirse a los recientes vaivenes sufridos por los mercados bursátiles chinos y que ha arrastrado a los parqués internacionales.
El mercado de valores chino ha caído repetidamente desde comienzos de 2016, en una nueva muestra de la inmadurez de los mercados y de los vanos intentos del Gobierno de Pekín de tenerlos bajo control.
Asimismo, el portavoz del FMI ha indicado que, «si el crecimiento amenaza con caer por debajo del objetivo, hemos recomendado que la primera línea de defensa sea el estímulo fiscal».
China está inmersa en un ambicioso proceso de transición hacia un modelo económico más basado en la demanda interna y menos en las exportaciones.
Esta senda tendrá «sobresaltos» y efectos adversos, especialmente debido a la bajada de los precios de las materias primas y los canales financieros, pero será positiva «a largo plazo» para la economía global, apuntó esta semana la directora gerente del Fondo, Christine Lagarde.