Inverco ha informado que la gestión discrecional de carteras elevó su patrimonio un 7% durante el segundo trimestre, hasta el entorno de los 78.000 millones de euros.
La patronal de inversión ha estimado estos datos a partir de los 75.230 millones de euros que reportaron las 27 gestoras que facilitan este dato. El 95%, unos 74.000 millones, corresponde a clientes minoristas.
El número estimado de contratos se elevó a 740.000 carteras gestionadas, siendo el patrimonio medio gestionado por cartera de cliente minorista de aproximadamente 97.954 euros.
Según la información remitida por las entidades, el 35% de la gestión discrecional en España se canaliza a través de inversiones en IIC de terceras gestoras.
El porcentaje de IIC de terceros comercializadas hasta junio alcanzó el 18,9% del total, con unos 70.504 millones de euros. Además, al cierre del segundo trimestre el porcentaje que supone la gestión discrecional de carteras respecto a la distribución total en España se incrementó hasta alcanzar el 23%.
Por otra parte, Inverco, ha considerado que la crisis del Covid-19 va a marcar el desarrollo de la Agenda 2030, de forma que se va a priorizar la inversión con criterios sociales frente a los ambientales, dentro de los criterios de finanzas sostenibles (ASG).
«El aumento del desempleo, las enfermedades, la desigualdad social y las debilidades presupuestarias, sin duda, van a conllevar una menor financiación desde el sector público y tendrá más relevancia el sector privado», ha anticipado el presidente de la patronal de inversión, Ángel Martínez-Aldama.
En esa línea, el presidente de Inverco ha insistido en la necesidad de «impulsar la participación del sector privado» para avanzar en esta materia, durante las jornadas ‘Las finanzas sostenibles en el marco de la Agenda 2030’, este jueves.
Asimismo, Martínez-Aldama ha pedido al Gobierno que fomente el ahorro de las familias en fondos de inversión y planes de pensiones, como única manera de tener «más dinero disponible» frente a las restricciones presupuestarias de los próximos años.
Entre los retos pendientes de las finanzas sostenibles el experto ha resaltado que es necesario definir una «eco etiqueta» para los productos financieros, terminar de definir la taxonomía –incluyendo la categoría «marrón», que ayude a las empresas a reducir su contaminación–, así como acabar de implementar la directiva de implicación a largo plazo de los accionistas, que en el caso de España está pendiente en los fondos de inversión, entre otras.