Este fin de semana, el ministerio de Finanzas de China confirmó que Brasil ha sido aprobado como potencial miembro fundador del Banco Asiático de Inversión en Infraestructuras (AIIB), la nueva entidad financiera creada por iniciativa de China, para promover proyectos de telecomunicaciones y transporte en Asia.
Otros países que habían solicitado su entrada, como Finlandia, Georgia, Dinamarca y Holanda, también han pasado a formar parte de una lista en la que ya figuran Francia, Italia, Alemania y España, entre otros, aunque los involucrados han precisado que la composición definitiva de los miembros fundadores no se conocerá hasta el próximo miércoles.
Con la inclusión de Brasil y los otros cuatro países, el número de posibles miembros fundadores aumenta a 46, con notables ausencias como Estados Unidos y Japón, que han declinado por el momento formar parte de una institución que los analistas ven como un contrapeso de Pekín al Banco Mundial y al Banco Asiático de Desarrollo.
Los países miembro fundadores del AIIB podrán participar plenamente en las reglas de gobierno y funcionamiento de la entidad. Se espera que el organismo se ponga en funcionamiento a finales de este año.
El AIIB nacerá con un capital aproximado de 100.000 millones de dólares (94.406,8 millones de euros), de los que al menos 50.000 millones (47.203 millones de euros) procederán del Fondo Ruta de la Seda, una partida anunciada por el presidente chino, Xi Jinping, el pasado año para acometer proyectos de conexión marítima o terrestre con naciones de Asia central y del sur.
Hungría también ha anunciado que participará en el Banco Asiático de Inversión en Infraestructura (AIIB), de acuerdo con la información ofrecida por el ministro de Relaciones Exteriores y Comercio de Hungría, Peter Szijjarto, en la página de Internet del gobierno, con lo que esencialmente repitió el anuncio hecho por el primer ministro del país, Viktor Orban, en Astana, Kazajistán, el 1 de abril.