El Vaticano reforzará las medidas de control de los flujos financieros de sus diferentes instituciones, por lo que modificará una ley de 2013.
Carmelo Barbagallo, el presidente de la Autoridad de Información Financiera (OIF), ha dicho en una entrevista publicada por el Vaticano que “las últimas modificaciones se insertan en una estrategia global cuyo objetivo es hacer cada vez más transparente la gestión de las finanzas vaticanas, en el marco de controles intensos y coordinados”.
El AIF, considerado el gendarme financiero del Vaticano, es el encargado de controlar los flujos financieros del pequeño Estado, en el marco de la lucha contra el blanqueo de dinero y el terrorismo.
Barbagallo ha explicado que con las modificaciones que se tienen previstas serán aún más fuertes “los mecanismos de defensa y control de las instituciones (del Vaticano) que están afectadas de diversas maneras por los flujos financieros”.
Asimismo, ha agregado que “cada ordenamiento jurídico tiene como tarea fundamental proteger y defender la dignidad de cada persona. En este contexto, gestionar con prudencia y controlar con eficacia no es solo un deber jurídico, sino también moral. Esto es aún más cierto cuando se trata de controles de flujos financieros”.
Hace un par de semanas, un equipo de expertos de Moneyval, el órgano del Consejo de Europa que se encarga de analizar las medidas contra el blanqueo de dinero, comenzó a inspeccionar las cuentas del Vaticano mientras la justicia vaticana lleva un año investigando la opaca financiación por parte de la Santa Sede de la compra de un edificio de lujo en Londres.
Uno de los cardenales más influyentes del Vaticano, Angelo Becciu, fue apartado por el Papa debido a sospechas de “malversación de fondos” en favor de sus hermanos. También ocupó un puesto de responsabilidad en la inversión del edificio de Londres.
El Papa ha recordado a los expertos de Moneyval que un texto publicado el 19 de agosto obliga a los empleados vaticanistas a denunciar cualquier actividad sospechosa a la AIF.