Agustín Carstens, director del Banco Central de México (Banxico), considera que es conveniente seguir interviniendo en el mercado cambiario con ofertas diarias de 400 millones de dólares (355 millones de euros), para contrarrestar los ataques externos sobre el peso.
Banxico ha tratado de atenuar la depreciación del peso con subastas diarias que se activan al tocar un precio mínimo.
Carstens ha asegurado a una emisora local que “mantener el ritmo de intervención a los niveles actuales es adecuado y ultimadamente es una determinación conjunta entre la Secretaría de Hacienda y Banco de México y lo que tenemos que hacer es tener una política fiscal y una política monetaria más conservadoras”.
El jefe de Banxico considera que el tipo de cambio está ayudando a la economía a absorber choques externos, mientras que la depreciación hará más competitiva la planta productiva y las exportaciones de México, compensando el impacto de una salida de capitales sobre la balanza de pagos.
En este sentido, ha agregado que “en la medida en que mantengamos el marco macroeconómico firme, pues esta absorción del choque debería de funcionar y el tipo de cambio, como había dicho, ha sobrerreaccionado y yo creo que una vez que (…) se asiente el polvo es posible que el tipo (de cambio) se aprecie hacia adelante”.
Desde que comenzó el año, el peso mexicano se ha depreciado un 9%, después de acumular una pérdida del 17% en 2015.
No obstante, la debilidad del peso mexicano no ha impactado de forma significativa los precios en México, ya que la inflación anualizada está próxima a sus menores niveles históricos.
La semana pasada, Banxico tomó la decisión de dejar estable su tasa de interés de referencia, aunque el balance de riesgos para la inflación se ha deteriorado debido a la depreciación de la moneda.