Los universitarios que viven en los países que forman parte de la OCDE ganan, de media, un 57 % más que las personas que se han quedado en el nivel superior de la secundaria.
En su estudio anual sobre estadísticas de educación publicado este martes, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) ha explicado que la diferencia de remuneraciones entre esos dos grupos es del 38 % para los que tienen entre 25 y 34 años, pero llega al 70 % entre los de 45 a 54 años.
Entre los que han hecho estudios universitarios, aquellos que tienen un máster o un doctorado cuentan con una ventaja diferencial significativa.
Ángel Gurría, el secretario general de la OCDE, ha destacado la rentabilidad de ese tipo de titulaciones, porque mientras su costo anual es parecido al de otras de la educación superior, al final los que cursan un máster o un doctorado acaban ganando un 32 % más.
El representante de la OCDE ha señalado problemas en la orientación de los estudiantes, porque hay carreras muy solicitadas por el mercado de trabajo y asociadas al progreso tecnológico que tienen una demanda insuficiente.
Sólo el 14 % opta por titulaciones de ingeniería, industria y construcción y un 4 % opta por las tecnologías de la información y de la comunicación. Las mujeres están infrarrepresentadas en estas especialidades, porque suponen menos del 25 % de los estudiantes.
La tasa de ocupación media de los universitarios es del 85 %, mientras que la cifra se queda en el 76 % para los que se han quedado en el nivel superior de secundaria.
El informe de la OCDE ha dicho que cuando unos y otros pierden el empleo, el riesgo de caer en el paro de larga duración también es diferente: del 29 % para los primeros y del 36 % para los segundos.
Gurría ha dicho que «el capital intelectual se ha convertido en el activo más valioso de nuestro tiempo» y ha agregado que la educación universitaria tiene «un papel central» para que las personas y las sociedades puedan hacer frente a las transformaciones económicas, medioambientales y sociales.
Entre los años 2005 y 2016, el gasto en las instituciones universitarias registró un aumento del 28% de media en la OCDE, el número de alumnos subió un 12% y la plantilla académica se amplió un 1% anual.