La Comisión Reguladora de la Banca de China (CRBC) pretende que las entidades bancarias faciliten a las compañías altamente endeudadas una reestructuración de su pasivo para mantener la estabilidad financiera del gigante asiático, y para ello requiere a los bancos que establezcan «comités de acreedores» para facilitar que las empresas con dificultades financieras alivien sus problemas de deuda.
Los comités, según la CRBC, estarán formados por representantes de al menos tres bancos que hayan concedido préstamos a las compañías con elevados volúmenes de deuda.
En lugar de cortar el crédito o exigir la devolución del préstamo, la CRBC obliga a los bancos de China a «hacer lo posible» para que las compañías puedan reestructurar sus deudas, y así evitar que las deudas de las empresas con los bancos se vuelvan inasumibles debido a que una entidad en solitario reclame la devolución de todos sus préstamos.
La orden de la CRBC supone la aplicación a escala estatal de un plan de reestructuración iniciado en marzo en la provincia de Henan (centro del país), donde ya se han creado comités de acreedores para 535 empresas con deudas de más de 300 millones de yuanes (45 millones de dólares, 40 millones de euros) cada una.
«Antes, todos los bancos estaban ansiosos por dar apoyo financiero a una compañía cuando sus negocios iban bien, pero ninguno de ellos era responsable del desarrollo a largo plazo de la empresa», ha señalado Zhang Chun, dirigente de la CRBC en Henan.
La economía de China crece a sus tasas más bajas del último cuarto de siglo -un 6,7% interanual el primer semestre- y están emergiendo problemas financieros de muchas empresas del país, especialmente las que sufren excesos de capacidad productiva.
La tasa de morosidad de los bancos chinos ha subido en los últimos trimestres y, al cierre de junio, se situaba en un 1,75%, según los datos de la CRBC.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) ya advirtió el pasado mes de junio en su informe anual sobre China, de que el rápido ascenso del crédito y la deuda eran los principales riesgos actuales para la segunda economía mundial, y pidió a Pekín que tomara medidas para atajarlos.