Bruno Le Maire, el ministro de Finanzas de Francia, ha insistido en que hay que acelerar la vuelta al trabajo para que, salvo excepciones en sectores con restricciones, la actividad económica recupere su régimen normal este verano.
«Mi objetivo es que la actividad económica vuelva a la normalidad este verano», ha subrayado en una entrevista en el canal LCI, tras recordar que las últimas cifras disponibles señalan que hace una quincena la industria estaba funcionando al 60-65% del nivel que tenía antes de comenzar la crisis.
Insiste en que se trata de que «la actividad se ponga en marcha más rápidamente, que la vuelta al trabajo sea más masiva» porque lo que está en juego es «la prosperidad de los franceses» y en particular la situación de «los más frágiles, los que no tienen empleo».
Le Maire hizo hincapié en que los impuestos no aumentarán y en que el incremento de la deuda pública por los planes masivos de recuperación se afrontará en el futuro con más crecimiento.
Calculó que los franceses van a ahorrar este año unos 100.000 millones de euros y que su intención es incitarlos a que vuelvan a consumir para favorecer la reactivación económica.
Su Gobierno presentó una tercera versión del presupuesto de 2020, que incluye una extensión del plan de choque contra la crisis del coronavirus, con un paquete de 643.000 millones de euros entre nuevas partidas de gasto y garantías estatales. Eso supone, recordó el ministro, el 20% del producto interior bruto (PIB) francés.
Francia presentó un proyecto de ley sobre la organización del fin del estado de emergencia sanitaria el 10 de julio, a lo cual seguirá un periodo de transición de cuatro meses durante el cual las restricciones seguirán siendo posibles, dijo la vocera del gobierno, Sibeth Ndiaye.
Dada la mejoría en la situación de salud, «no se justificaba ampliar el estado de emergencia sanitaria» declarado el 24 de marzo y ampliado ya hasta el 10 de julio, señaló.
Puesto que el virus continúa en circulación, el gobierno desea ver al país «salir del estado de emergencia con un periodo de transición de cuatro meses», agregó.
Después del 10 de julio, «el primer ministro conservará la posibilidad de regular el movimiento y el acceso a los medios de transporte y establecimientos abiertos al público, como centros nocturnos, y de tomar decisiones a partir de los indicadores para las concentraciones en vías públicas», dijo.
Francia declaró el estado de emergencia sanitaria el 24 de marzo.