E.ON, compañía alemana de suministro energético, redujo en 2013 el beneficio neto un 4%, hasta 2.510 millones de euros, en un entorno difícil en la generación eléctrica tradicional. La compañía ha informado que el beneficio neto atribuible a los accionistas cayó en el mismo periodo un 2%, hasta 2.142 millones de euros. La facturación se redujo en el mismo periodo un 7% hasta 122.450 millones de euros. En cuanto a la ganancia operativa, cayó el pasado ejercicio, hasta 5.681 millones de euros, un 19% menos que en 2012.
La difícil situación del mercado de generación eléctrica fósil y la ausencia de ingresos de las compañías vendidas tuvieron un efecto negativo en el resultado, por lo que la dirección de E.ON propondrá en la próxima junta general de accionistas el pago de un dividendo por acción de 0,60 euros.
A pesar de que E.ON en 2012 tuvo ingresos por un pago único relacionado con la renegociación de los contratos de gas que no se repitió en 2013, el programa de ahorro que aplica la compañía y los beneficios más altos en la división de Exploración y Producción tuvieron un impacto positivo en las ganancias.
El presidente de la compañía, Johannes Teyssen, ha destacado que los resultados de 2013 reflejan claramente los efectos negativos de un entorno económico y regulador difícil en Europa. En concreto sea referido a las ramificaciones de decisiones políticas en Alemania y a los insuficientes precios de mercado para la energía convencional que continúan teniendo un impacto adverso en su cartera de generación.
