Al igual que tras la crisis de las cajas de ahorros, la banca española redujo drásticamente el número de entidades de 45 a 15, en la actualidad, el sector financiero español ya asume que no quedarán más de diez bancos tras la última ronda pendiente de fusiones para afrontar la debilidad del negocio ante los bajos tipos de interés y el impacto de una eventual retroactividad total de las cláusulas suelo.
Fuentes financieras indican, no obstante, que la concentración en el sector no derivaría en riesgo de oligopolio, tal y como ha denunciado algún banquero de entidades medianas que abogan por continuar en solitario. De hecho, las fuentes esgrimen que el sector financiero español se caracteriza por una «elevada» competencia, lo que a su vez presiona los estrechos márgenes y alimenta las integraciones.
Para rebajar el mapa bancario en unos cinco bancos, los rumores del mercado han apuntado en los últimos meses a entidades como Banco Sabadell o Banco Popular, que tuvo que ampliar capital por 2.505 millones de euros, y también a BMN, de la que el Estado controla alrededor de un 65%, que se situaría en la órbita de Bankia, también en un 65% propiedad de los contribuyentes.
El presidente del Popular, Ángel Ron, admitía a finales de junio que la entidad es «muy apetecible» para el resto de competidores, si bien la ampliación de capital acometida le ha proporcionado más visos de independencia. Por su parte, su homólogo de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, indicaba que una fusión Bankia-BMN tendría «sentido industrial».
Desde el Banco de España se considera que en España ahora «no sobra» un gran número de entidades y se admite que los bancos más vulnerables están contemplando integraciones como vía para superar sus problemas.
Una nueva ronda de fusiones implicaría además recortes adicionales tanto en plantillas como en oficinas, más aún con la apuesta de las entidades por la banca ‘online’.
La Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas) estima que las fusiones entre bancos derivarán en el cierre de unas 3.000 oficinas y en una reducción de plantilla de otros 14.688 empleados hasta 2019.