Isabel Schnabel, miembro del Comité Ejecutivo del Banco Central Europeo (BCE), ha señalado que el organismo podría actuar si el aumento de los precios de la energía es persistente y si la transición ecológica resulta inflacionista.
En los últimos meses, la inflación ha alcanzado un récord del 5%, más del doble del objetivo fijado por el BCE del 2%, pero el organismo no ha endurecido su política monetaria argumentando que el crecimiento de los precios se moderará por sí solo, porque «los factores puntuales transitorios son las principales razones de la alta inflación».
Schnabel ha señalado que «la transición ecológica plantea riesgos al alza para la inflación a mediano plazo. El aumento de los precios de la energía puede exigir que se abandone la política de ‘mirar más allá'».
Además, ha agregado que existen dos escenarios en los que el BCE tendría que cambiar de política.
El primero es si los elevados precios de la energía se transmiten a otros sectores de la economía y si alteran el comportamiento de la fijación de precios.
En este sentido, Schnabel ha comentado que «hasta ahora no hay señales de efectos secundarios más amplios. El crecimiento salarial y las demandas de los sindicatos siguen siendo comparativamente moderados».
El segundo escenario sería si la trayectoria de los precios de la energía, afectados por los impuestos sobre el carbono y la transición ecológica, amenaza con incrementar la inflación por encima del objetivo.
Desde el BCE, Schnabel ha indicado que los desequilibrios de la oferta y la demanda pueden prolongarse en medio de la transición y es probable que los precios del carbono sigan subiendo, lo que supondría que la contribución de los precios de la energía y la electricidad a la inflación de los precios al consumo se ubicaría por encima de su norma histórica a medio plazo.
Schnabel ha apuntado que es poco probable que un impuesto sobre el carbono sea negativo para el crecimiento económico y los estudios sugieren que podría tener un impacto positivo.