México ha mostrado su preocupación ante la posibilidad de que China desate un ciclo de “devaluaciones competitivas” con graves consecuencias sobre los mercados.
El ministro de Hacienda de México, Luis Videgaray, ha comentado que “al moverse el yuan, inicia una preocupación en todo el mundo de que pudiéramos estar entrando en una ronda de devaluaciones competitivas (por parte de otros países), que es un fenómeno francamente perverso porque si todos los países terminan devaluando, nadie se hace más competitivo”.
Estas devaluaciones competitivas generan turbulencias financieras y debilitan a otras divisas, como el peso mexicano que la semana pasada registró una baja histórica al cotizarse por encima de la barrera de los 18,00 pesos por dólar luego de que el miércoles se ubicara en 17,80.
Videgaray ha explicado que “lo que está ocurriendo tiene que ver con China (…). El tipo de cambio en México se está moviendo de cara a un fenómeno global, no es un fenómeno específico de nuestra economía. Observamos movimientos en el peso colombiano, en el real brasileño, en el peso argentino”.
El Banco de México ha mantenido un sistema de subastas con el objetivo de fortalecer el peso, apoyado en su elevado nivel de reservas internacionales. El Ministro de Hacienda ha asegurado que no se modificará la política cambiaria toda vez que “los niveles de liquidez (en dólares) son satisfactorios, los mercados cambiarios están funcionando de manera adecuada” y el mecanismo de dos subastas diarias cumple su objetivo de “mantener el orden” en la transacción de divisas.
Por otro lado, Videgaray ha hecho énfasis en que el peso también se ha visto afectado por la caída de los precios del petróleo, pero dijo que México está preparado “para la caída del precio del petróleo despetrolizando nuestras finanzas públicas y comprando coberturas petroleras, este año cubrimos (el precio) en 50 dólares el barril, hoy (la mezcla mexicana) está a 24 dólares. Ante escenarios adversos, las finanzas públicas mexicanas están protegidas”.
Para culminar, Videgaray ha enviado un mensaje de tranquilidad a los mercados financieros al asegurar que México mantiene su expectativa de crecimiento para 2016 en el rango de 2,6% y 3,6%.