La Sociedad de Gestión de Activos procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb) ha acordado con el fondo de inversión internacional Värde Partners la creación de una sociedad para la gestión y promoción de una parte de su cartera de proyectos de promoción residencial valorados en 800 millones de euros.
Tras varias semanas de intensas negociaciones en uno de los proyectos más importantes anunciados por su presidente Jaime Echegoyen, Sareb finalmente ha elegido a Värde Partners para crear el fondo de activos bancarios (FAB) al que aportará suelos y obras en curso.
Värde Partners, firma de inversión global alternativa, tendrá una participación minoritaria del 10% en el FAB, mientras que la gestión de los activos correrá a cargo de su promotora Aelca, 100% de su propiedad.
Sareb ha explicado que ha seleccionado a Värde Partners y a Aelca en el marco de un «proceso competitivo» que ha cumplido con los requisitos «más exigentes» en materia de transparencia y competencia, y al que han concurrido varias empresas del sector.
El ‘banco malo’ ha contado con Garrigues como asesor legal y Colliers como asesor financiero, mientras que Värde Partners ha contado con Clifford Chance y Alantra, respectivamente.
Los FABs son un instrumento financiero ideado exclusivamente para Sareb y operan como una ‘joint venture’. Deben estar gestionados por una sociedad gestora de titulización de activos, así como estar registrados en la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
Se trata de un producto dirigido exclusivamente a inversores institucionales y con capacidad de cotizar en los mercados organizados.
La Sociedad de Gestión de Activos procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb), conocida como «banco malo», perdió 878 millones de euros en 2018, un 55 % más que el ejercicio anterior, y prevé que los números rojos sean similares al cierre de este año.
«Trabajamos para ganar dinero, pero es difícil que lo hagamos», ha reconocido el presidente de Sareb, Jaime Echegoyen, en un encuentro con la prensa, en el que ha recordado que la sociedad está para «resolver su mandato de origen», que es la desinversión de los activos problemáticos que adquirió a los bancos que recibieron ayudas públicas, y maximizar su rentabilidad.
Respecto a las cuentas, Sareb ha atribuido al aumento de los costes financieros y de los gastos operativos las pérdidas de 2018.
El año pasado estuvo marcado por la revisión a la baja de las previsiones económicas, un crecimiento asimétrico del sector inmobiliario, y una «fuerte» competencia, ya que la banca vendió grandes carteras de activos inmobiliarios.