La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) de Naciones Unidas ha propuesto la creación de un ingreso básico de emergencia para 14 millones de mujeres que perdieron su empleo debido a la pandemia del coronavirus.
Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Cepal, ha explicado que este ingreso equivaldría a una línea de pobreza, es decir, 120 dólares (101 euros).
Con la llegada de la pandemia del coronavirus las brechas estructurales de desigualdad en la región se han profundizado, derivando en la pérdida de más del 40% del empleo doméstico remunerado en 2020 y una caída de la tasa de ocupación femenina del 12%.
La crisis sanitaria también ha traído como consecuencia un retroceso de más de una década en materia de participación laboral femenina. La tasa de participación de las mujeres se contrajo en seis puntos porcentuales al cierre de 2020, hasta el 46%, en comparación al 52% del 2019.
En 2020, las mujeres en América Latina dedicaron 25,7 horas semanales a trabajos no remunerados relacionados con cuidados del hogar, frente a las 19,4 horas semanales de 2019.
Bárcena ha indicado que «se ha exacerbado la carga de cuidados no remunerados para las mujeres» y ha agregado que «la actual organización social de los cuidados es injusta. Incluso previo a la pandemia, las mujeres en la región dedicaban el triple del tiempo que los hombres a los cuidados no remunerados».
Desde la Cepal también han alertado sobre la situación de las mujeres en el sector salud. Hoy en día, representan el 73,2% del empleo del sector y cuentan con salarios un 21,7% inferiores.
Además, una de cada cinco mujeres en este sector no está afiliada a ningún sistema de seguridad social.
Por otro lado, Bárcena ha destacado la necesidad de desarrollar una cesta básica digital en América Latina con el fin de cerrar brechas de desigualdad y conectar a más de 50 millones de hogares. Este tipo de medidas podría beneficiar a cuatro de cada diez mujeres en la región.
Además, ha apuntado que se debe aumentar la participación laboral de las mujeres en sectores dinamizadores, así como poner en marcha estrategias de reconversión laboral y la garantía de derechos laborales a las trabajadoras.
Para finalizar, Alicia Bárcena ha señalado que «la clave para la autonomía económica de las mujeres son las políticas de empleo y el cierre de la brecha digital. Hay que incorporar plenamente a las mujeres en las actividades de la economía».