España ha solicitado este lunes que se duplique el presupuesto plurianual de la UE para el periodo 2028-2034, elevándolo al 2% del PIB anual de la UE desde el 1% actual, considerado «insuficiente». El objetivo es aumentar el gasto en defensa para que los Veintisiete puedan seguir apoyando a Ucrania frente a la agresión del Kremlin y afrontar la incertidumbre generada por el posible regreso de Trump a la Casa Blanca.
El Gobierno se ha anticipado al lanzamiento del calendario para la revisión del Marco Financiero Plurianual (MFP), que la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, tiene previsto revelar este miércoles, con el objetivo de presentar una propuesta legislativa en verano.
En su plan, España subraya que el nuevo MFP debe respaldar la reindustrialización y la innovación en Europa, así como la triple transición ecológica, digital y social. Además, debe facilitar el desarrollo de infraestructuras y conexiones de transporte y energía, al tiempo que aborda las crecientes necesidades de seguridad y defensa, garantizando la convergencia socioeconómica.
Para conseguir que las cuentas comunitarias sean «más grandes y audaces», la delegación española plantea duplicar el presupuesto actual hasta un 2% del PIB anual de la UE y con un 50% del presupuesto destinado a la transición verde respecto al 30% actual.
España apoya también la creación de nuevos recursos propios genuinos de la UE «que no resten ingresos a los actuales de los Estados miembro, sino que aumenten la capacidad y autonomía financiera de la propia UE, sin añadir complejidad al sistema».
Al respecto, señala que «estos nuevos recursos genuinos deberían hacer factible un aumento del presupuesto de la UE, preservando y promoviendo al mismo tiempo una mayor capacidad de financiación de la UE» por lo que el uso de los ingresos del régimen de comercio de derechos de emisión debería reservarse para fines de descarbonización dentro del Fondo de Innovación.
Además, bajo la máxima de que «los retos comunes requieren soluciones europeas», plantea la creación de un mecanismo común basado en préstamos y financiado mediante empréstitos conjuntos para sostener inversiones estratégicas y financiar bienes públicos europeos, «pese a las presiones de consolidación fiscal«.
En este sentido, destaca que «las inversiones en el sector de la seguridad y la defensa, incluso mediante deuda emitida en común, serán decisivas tanto para garantizar la seguridad de Europa como su liderazgo industrial y tecnológico».
