La inflación, situada en el mes de junio en un 10,2%, el mayor nivel en 37 años, reduce el poder adquisitivo de los hogares más pobres un 30% más que el de los más ricos, según los datos recogidos en un nuevo estudio de la ONG Oxfam Intermón.
Esta diferencia se debe a la distinta composición de la cesta de la compra y el fuerte aumento de precios de bienes esenciales, como la energía, que perjudica especialmente a los colectivos más vulnerables, explica el informe llamado ‘La desigualdad no se va de vacaciones’.
Oxfam calcula que para los hogares con menor poder adquisitivo ahora es un 14% más caro el mismo consumo que hacían antes de la pandemia, mientras que los más pudientes gastan un 11% más por la misma cesta tras la subida de los precios.
Respecto al incremento del precio de la energía y su impacto en los colectivos con menos ingresos, la ONG apunta que hasta el 35% de los ingresos de sus hogares van destinados ahora al pago de esos bienes de primera necesidad.
La subida del precio de la energía también ha afectado especialmente a más de 75.000 hogares de clase media-baja, donde se han invertido más de la mitad de sus ingresos en hacer frente a esa partida.
Antes de la subida de precios casi la mitad de los hogares españoles -los de mayores ingresos- podían ahorrar. Sin embargo, ahora tan solo tres de cada 10 pueden hacerlo, según revela el informe de Oxfam.