Los principales medios de prensa brasileños han señalado que el banquero Aldemir Bendine, actual presidente del Banco do Brasil, reemplazará a Graça Foster al frente de Petrobras, la empresa petrolífera estatal del país.
La noticia derrumbó más de 7% las acciones de la estatal petrolera en la Bolsa de Sao Paulo, porque Bendine, aunque no pertenece a ningún partido político, esta asociado al Partido de los Trabajadores (PT) de la presidenta Dilma Rousseff.
Bendine, de 51 años, es funcionario de carrera del estatal Banco do Brasil, el mayor banco de Latinoamérica en activos, al que entró como pasante hace 32 años. Preside la institución desde 2009.
«Bendine es un profesional de carrera del Banco do Brasil y un hombre de confianza del expresidente Lula. Se conserva, por tanto, una conexión política con el PT que no ha gustado al mercado», explicó el economista Eduardo Velho, de la consultora INVX Global.
«El mercado contaba con alguien más ligado al sector privado y con mayor renombre internacional como Henrique Meirelles», añadió Velho, en referencia al expresidente del Banco Central de Brasil, uno de los nombres que barajó la prensa local estos días para reemplazar a Graça Foster.
Foster y cinco de sus directores renunciaron el pasado miércoles, con su credibilidad desgastada en medio de un escándalo que develó el pago de millonarios sobornos de empresas constructoras al PT y a partidos aliados a cambio de contratos sobrefacturados con la petrolera.
El nuevo titular de la petrolera estatal de Brasil deberá en primer lugar confeccionar un nuevo balance del tercer trimestre del año pasado que incluya las pérdidas contables por corrupción para evitar que la empresa caiga en ‘default’.
Los analistas consideran que reconquistar el mercado sin comprometer al Gobierno, cuantificar las pérdidas por corrupción, y limpiar la imagen de la empresa, serán los principales desafíos del nuevo presidente de Petrobras, que deberá mantener distancia con los engranajes políticos.