El Banco de Pagos Internacionales (BPI) ha publicado un estudio que reseña que los principales bancos centrales del mundo muestran cautela al momento de lanzar en sus mercados monedas digitales en sustitución de las tradicionales.
Frente a la teoría de que en el futuro el dinero digital podría sustituir al efectivo, 85% de los 63 bancos que han sido encuestados por el BPI consideran poco o muy poco probable lanzar en sus países una moneda electrónica relacionada a sus instituciones a corto plazo.
A medio plazo (seis años), el 60% de los encuestados considera que es improbable la creación de este tipo de moneda ligada a sus bancos centrales, cuyas jurisdicciones suman un territorio en el que vive cerca del 80% de la población mundial.
El estudio del BPI detalla que muchos de los bancos emisores “todavía no están convencidos con que los beneficios puedan superar a los costes”, aunque ve algo más de receptividad entre las entidades que se encuentran en las economías emergentes.
No obstante, en el plano teórico, el 70% de los bancos centrales encuestados han señalado que iniciaron estudios de viabilidad y otras investigaciones de cara a una posible introducción de estas monedas digitales en sus mercados, y la mitad se encuentra en fase experimental.
Cinco de los bancos consultados por el BPI han conducido proyectos piloto en sus mercados, como Uruguay, que lanzó el e-peso en noviembre del año 2017, aunque el programa finalizó en abril de 2018 y ahora se encuentra en fase de evaluación antes de una posible reanudación.
La popularidad de las criptomonedas que no están ligadas a bancos centrales, como el bitcoin, y la reducción de los pagos en efectivo ha llevado a muchas entidades emisoras a estudiar la posibilidad de digitalizar su dinero en el futuro, aunque el análisis del BPI muestra que aún hay reticencias al respecto.