El déficit comercial de Estados Unidos se ha elevado un 6,4% en el mes de agosto debido a un descenso en las exportaciones y un alza en las importaciones, de acuerdo con unos datos que ha publicado el Departamento de Comercio, que también ha destacado “un déficit récord en agosto” con China y México.
El déficit de bienes y servicios se ha ubicado en 53.200 millones de dólares (46.167 millones de euros), con un retroceso de 0,8% de las exportaciones a 209.400 millones de dólares (181.718 millones de euros) y un crecimiento de las importaciones de 0,6% a 262.700 millones de dólares (227.972 millones de euros).
En lo que va de año el déficit ha alcanzado los 391.070 millones de dólares (339.372 millones de euros), lo que supone un aumento de 8,6% en comparación al mismo periodo del año pasado.
Los datos del mes de agosto son más altos de los que habían previsto los expertos, quienes esperaban un saldo negativo de 52.600 millones de dólares (45.646 millones de euros) y constituye un récord para un solo mes, después de febrero.
Si bien el Gobierno de Donald Trump ha insistido en los niveles récord de exportaciones alcanzados solo en el mes de agosto, ha destacado la existencia de un retroceso en las exportaciones de alimentos y bebidas.
Además, las exportaciones de soja han caído, al igual que en el mes de julio, siendo víctimas del conflicto comercial con China, principal importador del producto estadounidense.
Por otro lado, las importaciones han alcanzado niveles pico. El Departamento de Comercio de Estados Unidos ha subrayado el rebote de las importaciones en el sector automotor, que incluye a los vehículos y las autopartes.
Por su parte, los consumidores estadounidenses se inclinaron más hacia los teléfonos móviles y otros bienes de consumo.
Respecto a China, el déficit de bienes y servicios se ha elevado hasta los 38.600 millones de dólares (33.497 millones de euros), un récord absoluto, de los cuales 34.400 millones de dólares (29.852 millones de euros) son sólo en mercancía.
Estas cifras no ayudarán a reducir las tensiones comerciales entre Donald Trump y los socios comerciales de Estados Unidos, especialmente China.