Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo (BCE), espera que la tasa de inflación armonizada de la eurozona baje del umbral del 2% «en los próximos meses». Sin embargo, ha recordado que la debilidad de la economía no disminuirá a corto plazo, aunque espera que a finales de año se produzca una progresiva recuperación de la actividad.
«Sobre el horizonte de análisis las presiones inflacionistas deberían estar contenidas y las expectativas a medio y largo plazo permanecen firmemente ancladas en línea con el mandato del BCE», dijo Draghi.
A este respecto, el presidente del BCE relacionó la previsible mejora de la economía con el descenso de la incertidumbre en los mercados, consecuencia de las políticas acomodaticias del BCE y de los esfuerzos realizados para rebajar la fragmentación de los mercados de la zona euro.