La Reserva Federal de Estados Unidos (FED) ha dado a conocer esta semana una nueva normativa contra el crecimiento descontrolado de firmas financieras.
La nueva normativa está pensada y diseñada, específicamente, para evitar que importantes compañías financieras puedan crecer de tal forma que un fracaso estrepitoso en su manejo pueda causar graves consecuencias, tanto para la economía del país como para sus contribuyentes, evitando episodios parecidos a los grandes rescates financieros de los últimos años.
Este reglamento era un elemento requerido por la ley Dodd-Frank de reforma de Wall Street, que data del año 2010, y prohíbe tanto a los bancos, como a determinadas firmas financieras destacadas, comprar o fusionarse con otra compañía si este acuerdo puede generar que sus pasivos excedan el 10 por ciento de los pasivos totales consolidados para todas las empresas que hacen vida en el sistema financiero de Estados Unidos.
La FED autorizó una nueva excepción para las «titulizaciones», por lo cual se establece que una empresa puede continuar participando en operaciones de titulización, incluso si sus pasivos sobrepasan el límite de concentración. Algunos especialistas han advertido que las titulizaciones fueron la principal causa de la crisis que sacudió al país en años anteriores, haciendo crecer la burbuja inmobiliaria y el déficit en los bancos en EE.UU. y Europa.
Esta medida se convierte en el último intento que realiza la Reserva Federal para evitar otra ronda de rescates del Gobierno, buscando en lo posible, hacer cada vez más difícil y costoso a los bancos ser grandes. Una de las opciones que se tiene previsto exigir es un recargo de capital para los bancos más importantes de Estados Unidos y obligarlos de esta forma a cubrirse ante posibles pérdidas.